El balón gástrico es un procedimiento médico diseñado para ayudar en la pérdida de peso. Es una alternativa no quirúrgica que se considera cuando la dieta y el ejercicio no son suficientes. Esta guía explica sus aspectos clave.
¿Qué es y cómo funciona?
Es un dispositivo de silicona suave que se inserta en el estómago por vía endoscópica y se llena con solución salina. Ocupa espacio, lo que genera una sensación de saciedad y ayuda a reducir la cantidad de comida ingerida. La colocación es ambulatoria y sedación. Dura aproximadamente 20-30 minutos. El médico introduce el balón desinflado a través del esófago usando un endoscopio. Una vez en el estómago, se llena con suero estéril.
Duración y retirada
El balón es temporal. Su permanencia en el estómago es de 6 a 12 meses, dependiendo del modelo. Pasado este tiempo, debe ser retirado en un procedimiento similar al de la colocación, también mediante endoscopia. Su éxito no es automático. Es una herramienta que debe complementarse con un programa integral que incluya: seguimiento médico regular, una dieta equilibrada prescrita por un nutricionista y la adopción de un programa de actividad física constante.
El Proceso Completo: Colocación, Convivencia y Retirada
El proceso del balón gástrico es un viaje temporal con etapas bien definidas que requiere una preparación física y mental por parte del paciente.
Fase 1: Evaluación y Colocación. Antes que nada, el paciente debe someterse a una evaluación médica exhaustiva para determinar si es un candidato adecuado. Esto incluye análisis de sangre, endoscopia digestiva alta y valoración por parte de un nutricionista y un psicólogo. Si se da el visto bueno, el procedimiento de colocación se realiza de forma ambulatoria bajo sedación profunda. A través de la boca y utilizando un endoscopio (un tubo flexible con una cámara), el médico guía el balón desinflado hasta el estómago. El proceso completo suele durar entre 20 y 30 minutos. Tras un breve periodo de recuperación, el paciente puede regresar a su casa el mismo día.
Fase 2: Período de Adaptación (Primeras Semanas). Esta es, a menudo, la fase más desafiante. El cuerpo necesita adaptarse a la presencia de un objeto extraño en el estómago. Es común experimentar náuseas, vómitos, calambres abdominales y malestar general durante los primeros 3 a 7 días. Para manejar estos síntomas, los médicos recetan medicamentos y proporcionan pautas dietéticas muy estrictas que suelen comenzar con una dieta líquida, progresando a purés y, finalmente, a alimentos sólidos blandos después de una o dos semanas.
Fase 3: Vida con el Balón (6 a 12 Meses). Una vez superada la fase de adaptación, el paciente lleva una vida normal con el balón en su estómago. Este es el periodo crucial para implementar los cambios de hábitos. El balón actúa como un recordatorio físico constante para comer de manera más consciente, masticar bien los alimentos y evitar las comidas copiosas. El seguimiento médico y nutricional es fundamental durante esta etapa para monitorizar el progreso, ajustar la dieta y proporcionar apoyo conductual.
Fase 4: Retirada del Balón. Al cumplirse el plazo establecido (generalmente 6 o 12 meses, dependiendo del modelo), el balón debe ser retirado. Este procedimiento es similar al de la colocación. Bajo sedación, se introduce un endoscopio, se perfora el balón para drenar el líquido y se extrae suavemente. Es un proceso rápido y seguro.
El Pilar del Éxito: El Cambio en el Estilo de Vida
El balón gástrico por sí solo no es suficiente. Su verdadero valor reside en ser el catalizador de una transformación profunda y duradera. Los kilos perdidos durante el tiempo que el balón está en el estómago se mantendrán solo si el paciente ha internalizado nuevos hábitos. Este pilar se sustenta en tres áreas clave:
Nutrición Supervisada: Un nutricionista diseña un plan alimenticio personalizado que asegura una nutrición adecuada a pesar de la reducción en la cantidad de comida. Se enfatiza el consumo de proteínas magras, frutas, verduras y granos enteros, mientras se restringen los alimentos altos en calorías, azúcares y grasas no saludables.
Actividad Física Regular: Incorporar ejercicio de forma gradual es esencial. Comenzar con caminatas y evolucionar hacia un régimen de entrenamiento que combine cardio y fuerza ayuda a quemar calorías, preservar la masa muscular y acelerar el metabolismo.
Apoyo Conductual y Psicológico: La terapia psicológica o el apoyo en grupos puede ser invaluable para abordar las causas subyacentes de la relación con la comida, como la alimentación emocional, el estrés o la ansiedad. Aprender nuevas estrategias para manejar estas emociones sin recurrir a la comida es fundamental para el éxito a largo plazo.
¿Eres un Candidato Ideal para el Balón Gástrico?
No todas las personas con sobrepeso son candidatas adecuadas para este procedimiento. Los criterios generales suelen incluir:
Tener un Índice de Masa Corporal (IMC) entre 30 y 40.
Haber intentado perder peso mediante métodos convencionales (dieta y ejercicio) sin éxito a largo plazo.
No padecer enfermedades gástricas previas, como úlceras, hernias de hiato grandes o esofagitis severa.
No tener antecedentes de cirugías gástricas.
Comprometerse a participar en un programa de seguimiento médico multidisciplinario.
No sufrir trastornos de la conducta alimentaria no tratados, como bulimia o alcoholismo.
Estar mentalmente preparado para aceptar el procedimiento y los cambios que conlleva.
Conclusión
El balón gástrico es una herramienta poderosa dentro de un programa integral de manejo del peso. Su éxito no reside en el dispositivo en sí, sino en la oportunidad que brinda al paciente para "resetear" sus hábitos alimenticios y su relación con la comida, bajo supervisión médica constante. Es un camino que exige compromiso, disciplina y una actitud proactiva. La decisión de optar por esta alternativa debe ser el resultado de una reflexión profunda y de una consulta detallada con un equipo médico de confianza que pueda ofrecer una orientación personalizada y realista.